[Reseña] Cacao, juego de mesa

Eres el jefe de una tribu situada en lo más profundo de la selva de Mexico. En dicha selva hay otras tribus, con las cuales compites por un mismo objetivo: el preciado oro. Hay distintas maneras de conseguir este valioso elemento.

La forma más sencilla es: cultivando cacao (el alimento de los Dioses) para luego venderlo en el mercado. Pero en la selva hay otras maneras de conseguir oro. Hay minas de oro que podéis saquear, o incluso templos milenarios ocultos que explorar.

Esta es la reseña de Cacao, juego de mesa de Devir para jugar de dos a cuatro jugadores. Un juego recomendado para +8 años, aunque se puede adelantar un poco por su sencillez.

Datos básicos

  • Editorial: Devir
  • Autor: Phil Walker-Harding
  • Arte: Claus Stephan
  • Duración de una partida:  30-45 minutos
  • Edad:  +8 años
  • Edad (por experiencia propia): +6 años
  • Cantidad de jugadores: de 2 a 4

¿Qué contiene el juego?

  • 44 losetas de recolectores (11 de cada color)
  • 4 aguadores (1 de cada color)
  • 4 tableros de aldea (1 de cada color)
  • 28 losetas de selva, con reverso gris:
    • 8× plantación
    • 7× mercado
    • 3× mina de oro
    • 3× cenote
    • 2× centro de culto solar
    • 5× templo
  • 20 frutos del cacao
  • 12 fichas de Sol
  • 48 monedas de oro, de valores 1, 5 y 10
  • 1 reglamento
¡Oro reluciente y resplandeciente!

¿Cuál es el objetivo del juego?

Ser el jugador con más oro al terminar la partida.

El oro se consigue vendiendo cacao, en las minas de oro, y en los templos. Además, habrá una suma o resta de oro al final dependiendo de la situación del aguador en la aldea.

Preparativos

Cada jugador elige un color y coge estos elementos del color seleccionado: el tablero redondo de aldea; su aguador (la figura de madera, que se coloca en el río junto a la casilla -10); y las losetas de recolectores de su color (en las reglas explica que, para partidas de 3-4 jugadores, quitaremos una o dos de estas losetas). Cada jugador baraja sus losetas, sin mirar, y cogerá las 3 primeras, que será su mano inicial.

En el centro de la mesa se colocan 2 losetas de selva, en diagonal, que siempre serán las mismas: una de plantación simple, y una de mercado con valor 2. El resto de losetas de selva se barajan y se dejan al lado, en un mazo, del cual se destaparán 2 losetas, que es lo que llamaremos “selva explorada”.

Dejamos a mano todas las monedas, las fichas de Sol, y las pepitas de cacao, a modo de reserva.

Y con estos preparativos tan rápidos se comienza a jugar.

Idea rápida del juego

El juego consiste en colocar nuestras losetas de recolectores (las que tenemos en mano) adyacente a las losetas de selva (las del medio de la mesa), buscando obtener los beneficios que más nos interesen en cada momento: recoger cacao, vender cacao, coger monedas de la mina, o añadir recolectores en los templos.

Si colocamos bien nuestras losetas, conseguiremos más cacao, más oro por su venta, más oro de las minas, y más oro de los templos.

¿Cómo jugar?

El juego va por turnos, empezando por el jugador de más edad, y siguiendo en sentido horario. En un turno, el jugador siempre sigue los mismos 3 pasos:

  1. Colocar una loseta de recolector en el centro del tablero.
  2. Rellenar espacios de selva (si procede).
  3. Realizar las acciones de las losetas de selva.

Miremos cada paso con un poco más de detalle:

Colocar una loseta de recolector en el centro del tablero

En la preparación decíamos que cada jugador tiene 3 losetas de recolector en su mano. En este paso, elegiremos una de las losetas para colocarlas en la selva del medio del tablero. Vemos que en cada lado de dicha loseta habrá entre 0-3 recolectores. Pues bien, colocaremos la loseta en la orientación que queramos, buscando nuestro mayor beneficio.

Regla básica: las losetas de recolector han de estar adyacentes a las losetas de selva; nunca a otra loseta de recolector. Así, el mapa central acabará teniendo formato de damero, porque las losetas siempre serán alternas: selva-recolectores-selva-recolectores… etc.

Rellenar espacios de selva (si procede)

Después de que un jugador ha colocado su loseta de recolector, se comprueba si se ha formado lo que se llama “espacio de selva“. Estos espacios vacíos surgen cuando hay al menos dos lados de losetas de recolectores adyacentes a un hueco vacío. Esto se entiende mejor con una imagen:

Vemos que ha quedado un espacio de selva, porque, en este caso, hay un hueco vacío entre 3 lados de losetas de recolectores. Y si fuesen solo 2 lados, también se consideraría hueco por rellenar.
Vemos que ha quedado un espacio de selva, porque, en este caso, hay un hueco vacío entre 3 lados de losetas de recolectores. Y si fuesen solo 2 lados, también se consideraría hueco por rellenar. Por eso, el jugador activo está colocando una loseta de selva en ese espacio, para llenarlo.

Recordamos que en los preparativos había 2 losetas de selva destapadas. El jugador activo colocará la que quiera. Y si hay 2 espacios por rellenar, pone las 2 losetas, cada una donde quiera.

Este paso es fundamental para intentar colocar estas nuevas losetas de selva pegando con los recolectores de nuestro color.

Realizar las acciones de las losetas de selva

Una vez rellenados los espacios vacíos de selva, si es que había, realizamos las acciones correspondientes. Para ello, miramos los recolectores de la loseta recién colocada por el jugador activo, en el paso 1. Algunos de esos recolectores estarán ahora adyacentes a losetas de selva.

En las reglas se explica qué acción ocurre con cada tipo de loseta de selva, pero es sencillo, hay pocas casillas diferentes. Según qué loseta de selva sea la adyacente, podremos: conseguir nuevas pepitas de cacao; vender cacao que ya tengamos adquirido; ganar oro directamente (en las minas); hacer avanzar al aguador por el río de nuestra aldea; conseguir fichas de culto solar; o intentar conseguir mayorías en los templos.

El jugador amarillo se llevaría 6 monedas, porque tiene más recolectores que el resto. Y el blanco, 3 monedas, pues es el segundo con más recolectores. El rojo aquí no gana nada.

Final de la partida

La partida termina cuando todos los jugadores han colocado todas sus losetas de recolectores. Entonces, se procede a contar el oro total de cada jugador, que es el resultado de las monedas que se han ido ganando (vendiendo cacao y en las minas) + sumar o restar el oro de la casilla del aguador + otorgar el oro de los templos (6 monedas al que tenga más recolectores adyacentes, y 3 al segundo que más tenga).

Sumado todo esto, quien tenga más oro… ¡gana la partida! Y se considerará el jefe de tribu que más riquezas ha conseguido llevarse a su aldea. En caso de empate, gane quien tenga más pepitas de cacao en su aldea.

Comentarios

Cacao es uno de los juegos de mesa modernos más conocidos; la mayoría de los aficionados a los juegos de tablero, conoce la existencia de Cacao, o lo tiene. Y efectivamente, es una fama justificada. Es un juego que triunfa desde la primera partida. Es sumamente sencillo de aprender a jugar, pero no simple. Es decir, su primera virtud es algo que, creo, es muy díficil de conseguir: un juego muy fácil de aprender y de jugar (con niños se puede, por ejemplo) pero enormemente divertido y adictivo (casi tanto como el chocolate que se fabrica con cacao).

Empecemos por la mecánica. En apenas 2 turnos de juego, se pilla la mecánica. Es muy fácil. De hecho, y ya hablando de edades, en la caja indica que es apto para +8 años, y en nuestro caso, hemos jugado ya con los dos padawan (6 y 8 años) y lo han entendido perfectamente. Así que esa edad es algo adelantable. De hecho, en la BGG le dan un peso de 1,8 sobre 5. Es decir, la dificultad de aprendizaje es muy bajita, es muy sencillo.

Y ojo, no es un juego infantil como tal. Es para todas las edades, y jugaría solo con adultos perfectamente, aunque sea sencillo. Es de esos juegos que funciona genial con adultos, o como juego familiar. Un juego todoterreno en este sentido.

El juego tiene un aire ligeramente similar a Carcassonne, no en general (pues son juegos muy diferentes), pero se parece un poco en dos cosas: hay un mapa central que se va ampliando durante la partida, empezando por dos losetas cuadradas y acabando con un gran (y precioso) mapa de una selva. Y el otro parecido puede ser que, en Carcassonne, el jugador coloca una loseta y luego puede poner encima un trabajador. Y aquí, el jugador coloca una loseta que tiene ya “integrados” algunos trabajadores. Así que en ambos casos, colocamos trabajadores, aunque de una forma un tanto distinta. Y dichos trabajadores nos permiten ganar recursos (cacao, oro, etc).

Los turnos de Cacao son muy rápidos, y lo que vamos a ir buscando es conseguir los máximos beneficios posibles con cada loseta que coloquemos, según lo que más nos convenga en cada momento. Al principio es interesante conseguir cacao, para venderlo más adelante (si puede ser, intenta venderlo en los mercados que pagan 4 monedas por cada pepita, son los que más dinero te darán). También nos conviene ir colocando recolectores junto a los lagos para hacer que el aguador avance (empieza la partida en la casilla de restarnos 10 oros, así que nos interesa hacer que avance para que, al menos, no nos reste oro; e incluso hacernos ganar bastante oro extra en el recuento final).

Asimismo, los templos son losetas de mayorías, que dan 6 oros para quien más recolectores tenga en cada uno, así que también son fundamentales para ganar. Y dejo para el final las fichas de culto solar, que se usan en los últimos turnos de la partida, pero pueden ser enormemente beneficiosos. Permiten colocar losetas de recolectores encima de otras que ya tengamos colocadas, y por tanto pueden hacer que nos den muchísimo oro si los colocamos debidamente. Son las fichas más estratégicas del juego, el as en la manga que podemos guardarnos para el final.

Del arte del juego destacamos lo bonito y colorido que queda el mapa central en los últimos turnos de la partida, ya con un mapa grande, variado y vistoso. También los tableros de aldea tienen muchos detallitos muy atractivos, y de hecho cada tablero es diferente de los demás. Podéis jugar a las diferencias, y ver cómo se esconden diferentes animales en el dibujo.

Solo añadiré un dato más. Normalmente, para escribir una reseña, probamos el juego una vez para ver cómo se juega y luego me pongo con la reseña. Con Cacao, hemos jugado tres partidas seguidas. Por pura adicción y diversión. Es uno de esos “hits inmediatos”, un juego que en un día hemos visto que va a ver mesa muy a menudo. 100% recomendable, sin ninguna duda. En la BGG tiene más de un 7 de nota media, y es un habitual en las ludotecas de muchísimos aficionados.

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