
Hoy os voy a hablar del concepto “ítem“, una palabra que uso prácticamente a diario en casa, en el trabajo, o con amigos.
Como os pasará a muchos, me encantaría comprar casi todos los productos que veo que están relacionados con mis aficiones frikis: videojuegos, cómics, juegos de mesa, películas en DVD, etc. Ojo, me encantaría, pero me tengo que controlar, que aquí uno no es Amancio Ortega. Podemos permitirnos caprichos, claro, pero intentamos no excedernos.
Pero, sin ser demasiado gastador, sí se me antojan muchos caprichos, y cada poco tiempo quiero comprarme un artículo friki, o como yo digo, un “ítem“. Que si Andrés Palomino saca un nuevo cómic, que si sale un juego de mesa chulo, un nuevo juego de Zelda, el DVD de El despertar de la Fuerza… bueno, por haber, hay un millón de cosas que me gustaría tener. De hecho tengo una whislist (en una web dedicada a anotar tu lista de productos deseados) donde voy anotando todo lo que me gustaría tener en algún momento.

Por cierto, como definición: un ítem equivaldría a un artículo o producto friki. Ya sabes: un cómic, un libro, un videojuego, un juego de mesa, etc. Dentro de este concepto, también debemos diferenciar entre un “ítem grande” o un “ítem pequeño” (no es lo mismo un videojuego de 70€ que un cómic de 10€).
Como decía, intentamos no gastar mucho, y sobre todo mi khaleesi me frena mucho ante mis impulsos de querer nuevos ítems (me suele llamar caprichoso). Así que tenemos una especie de normas no escritas acerca de la compra de ítems. Por ejemplo: en Navidad y cumpleaños se permiten ítems grandes. El resto del año, sin celebraciones de por medio, puntualmente se pueden comprar ítems, si no son muy seguidos.
Así que en cuanto quedan 2/3 meses para Navidad o mi cumpleaños, ya estoy todo el día dando vueltas a qué ítems me “pediré”. ¡Hay que elegir sabiamente, no habrá muchas más oportunidades el resto del año”.
Así que ocurre que tenemos nuestras pequeñas discusiones del tipo:
– Yo:
¡Oh, mira qué libro más genial han sacado! ¡Ítem!
– Khaleesi:
Te compraste un ítem la semana pasada, así que te esperas a tu cumpleaños, Don Caprichos.
O así:
– Yo:
¡Este año me devuelven dinero de la declaración! ¡Ítem!
– Khaleesi:
¡Pero ítem de los pequeños!
Al final todo esto de los ítems, o comprarse caprichos, depende un poco de la fórmula “situación económica / resistencia a compras impulsivas”. Cada pareja y cada familia es un mundo.
En vuestra familia, ¿cómo lleváis este tema? ¿Os gusta compraros ítems a menudo, aunque no sean ocasiones en las que se hagan regalo? ¿gastáis mucho en ítems o caprichos frikis? ¿Hay uno de los dos que tiene que estar frenando al otro continuamente?.
¡Contad, insensatos!
En mi caso, tanto Mr.B como yo somos tremendamente poco gastadores en ítems. No obstante, yo soy ligeramente más impulsiva y acabo haciéndome con alguno que otro no previsto, pero sólo si es en exclusiva para mí (ej: cómics de Andrés Palomino o Joan Tretze) y de mi propia cuenta.
El problema es para los niños. Yo les compraría muuuuchos más ítems, pero no hay manera… :/
Ay, quien fuese rico, verdad? #problemasdelprimermundo
Tengo muchos, diría demasiados pero nunca es suficiente, ítems. Desde que el peque llegó a la familia he tenido que controlar mucho y tirar de rebajas, ferias, Internet… Pero nunca faltan ya sea navidades o cumple todos los años tengo mis cosillas frikis.
Claro, Navidad y cumple se entiende pero… El resto del año? Caen muchos ítems?
Pues básicamente igual. A mí me controla la mujer.
Jaja, comentario escueto pero efectivo 🙂
Items, items, items… Ay los dineros. Caen pocos items, muy pocos, la economia esta jodida y yo soy caprichoso.
Nos controlamos mutuamente y los niños se llevan la mayor tajada del pastel, para nosotros las sobras
Pero hace ilusión verlos disfrutar…