Sí, lo advertimos desde ya: vamos a hablar del Mundial de Rusia, esa Copa del Mundo de fútbol que todo lo impregna, aunque cada vez haya más gente a la que le dé exactamente igual que se juegue o se deje de jugar. Pero tranquilos, que posteriormente vamos a relacionar el Mundial con el Tetris… eso seguro que os gusta más a todos.
Cada vez son más los que comulgan con la ya tan manida expresión “odio eterno al fútbol moderno”, pero también hay que recordar que el fútbol tiene su lado friki (y tan friki) y su rentabilidad. El Mundial que todo lo envuelve, sirve de excusa para que muchas empresas tengan ofertas que podemos aprovechar. Desde luego, si te quieres comprar una tele, ahora es el momento. Pero no solo cuentas con promociones en tecnología, hay de todo, desde lo más tradicional a lo más moderno: descuentos en el Corte Inglés con la campaña “Por la Roja lo damos todo”, regalos con tus compras en el DIA, pizzas gratis en Papa John’s si España gana el Mundial, o envíos a un euro en la app Glovo. Lo dicho: tienes ofertas mundialistas de todo tipo.
Así que nosotros, como decía el otro, también vamos a utilizar la excusa del Mundial para hablar de nuestro libro. Rescatamos uno de esos juegos imprescindibles de nuestras vidas: el Tetris.
34 años de historia
El nexo entre el Mundial de fútbol y el Tetris, por si se te ha escapado esta “sutil” conexión, es Rusia. Muchos de nosotros, la primera vez que vimos las características cúpulas con forma de cebolla de las construcciones rusas fue gracias al Tetris. Por no hablar de esa musiquita que es como si fuera el himno oficial del país. Advertencia: si le das al “play” lo haces bajo tu propia responsabilidad, vas a tener cancioncita del Tetris para todo el día…
Justamente en junio de 2018 se cumplen 34 años del lanzamiento de Tetris en Rusia, que llegaría a Estados Unidos dos años después. La historia de los creadores del juego es muy del estilo de la Steve Jobs o Mark Zuckerberg pero a lo ruso, lo que a veces, trae consigo ingredientes al más puro estilo del thriller cinematográfico.
Alexey Pajitnov era un joven ingeniero del Centro Computacional de Dorodnitsyn, una compañía dedicada a la innovación tecnológica que formaba parte de la Academia Soviética de Ciencia en lo que entonces era la URSS. Pajitnov era, desde pequeño, un gran aficionado a los puzzles y a los juegos de pentominós, que son figuras geométricas formadas por cinco cuadrados iguales y que nos pueden ser muy útiles para enseñar matemáticas. En el juego del Tetris, en lugar de utilizar figuras de 5 cuadrados, se usan tetraminós, de 4 cuadrados cada una. Para “hacer un Tetris”, que es completar cuatro filas del tirón, necesitas el tetraminó en el que los cuadrados están uno encima del otro.
Pajitnov se juntó con otros dos chavales, un genio matemático de apenas 16 años, Vadim Gerásimov, que se ocupó de toda la arquitectura del juego para PC, y el descubridor de éste, Dmitry Pavlovsky.
El juego se lanzó bajo licencia de la compañía de titularidad pública Elektronorgtechnica (ELORG), que fue creada a propósito para el Tetris y que se encargó durante años de importar y exportar elementos de software y hardware para la Unión Soviética. Pajitnov no recibió ningún tipo de ingreso por los derechos del juego hasta que en 1996 fundó la empresa The Tetris Company junto a Henk Rogers. Al principio se asociaron con ELORG pero finalmente acabaron comprando lo que quedaba de la compañía soviética (que ya se había privatizado) en 2005.
La historia completa del Tetris es fascinante, sobre todo por el contexto en el que se produce y porque incluye litigios como el que enfrentó a Nintendo y a Atari al más puro estilo lucha libre. Pero lo más fascinante es que cada persona que ha disfrutado de este juego, puede contar su propia historia sobre él.
Amor eterno al Tetris
El Tetris es un juego de nostálgicos, nadie lo niega. Pero creemos que sobre todo despierta mucho cariño porque se asocia a la iniciación. Para muchos es uno de los primeros juegos a los que se engancharon. Y gran parte de la culpa de este enganche la tuvo la Game Boy, para la que se han vendido más de 35 millones de copias de este juego.
Los tiempos cambian pero Tetris sigue apareciendo, más arriba o más abajo, en las listas de los mejores videojuegos de la historia. Seguramente, solamente el pequeño Mario Bros, que se gestó más o menos en la misma época pero un contexto muy diferente, puede presumir de haber sobrevivido mejor que el Tetris.
Aparentemente sencillo, el Tetris supuso una auténtica revolución, un flechazo en toda regla. Hoy en día se sigue venerando al juego que se presentó al mundo con el eslogan “Desde Rusia con amor” (excepto en NES, que era “desde Rusia con diversión”), hasta el punto de que se haya instaurado un campeonato de Tetris clásico. El Mundial del Tetris, vaya.
La Classic Tetris World Championship se inició en 2010 durante la grabación del documental Ecstasy of Order: the Tetris Masters, que trata sobre la búsqueda del mejor jugador de Tetris del mundo. Esa primera edición se celebró en Los Ángeles, pero desde 2012 se juega en Portland, la que dicen que es la ciudad más “hipster” del mundo.
El máximo dominador es Jonas Neubauer, que solo ha perdido en una de las ocho ocasiones que ha jugado, y que dicen también que es de Albacete… (ejem). El Iniesta del Tetris.