Pues nada, que desde hace unos pocos días, Mario ya camina sólo, sin apoyarse en los muebles ni en nada. El logro definitivo ha llegado con 10 meses y medio, que según los expertos, es antes de lo habitual… pero tampoco pretendo pavonearme por esto, puesto que en otras cosas ocurre al revés: está tardando más que otros bebés de su edad para otras cosas.
Se pega ya sus buenas caminatas sin caerse, aunque tarde o temprano acaba cayendo (de culo, así que cae acolchadito). Y las trazas de caminar son, tal cual, idénticas a los caminantes de Walking Dead. Incluyendo los sonidos guturales y gruñidos varios. Y así va, por toda la casa a sus anchas, porque ya no es cuestión de retenerlo en la cuna o en mantitas de actividades con barreras minúsculas. Tiene que explorar con libertad.